Comisiones Obreras de La Rioja | 23 febrero 2025.

#YaVamosTarde

Ante la brecha salarial de género no podemos esperar

    La brecha salarial de género es un indicador fundamental para entender la desigualdad estructural.

    20/02/2025.
    Día por la erradicación de la Brecha salarial

    Día por la erradicación de la Brecha salarial

    La brecha salarial de género refleja las desigualdades estructurales tanto en el mercado laboral como en la sociedad en general. A pesar de los avances en materia legislativa, la negociación colectiva, el diálogo social y las políticas de igualdad, las mujeres continúan percibiendo salarios inferiores a los de los hombres, enfrentando mayores dificultades en la inserción y promoción laboral.

    Aunque la brecha salarial de género es una discriminación laboral que ha existido siempre, desde hace años se está trabajado para reducirla, pero urge tomar medidas más radicales para acabar con ella. 

    La desigualdad en los ingresos entre hombres y mujeres tiene tres causas fundamentales. Una estructural, ya que desde la infancia, las mujeres reciben una socialización distinta que influye en sus elecciones educativas y laborales. Se las encamina hacia sectores menos remunerados y con peores condiciones de empleo. Segundo, existe una desigualdad durante la trayectoria laboral ya que las mujeres tienen menor acceso a puestos de alta remuneración y se concentran en empleos con menor estabilidad. También enfrentan interrupciones en su carrera profesional debido a la carga de cuidados familiares, provocando jornadas parciales y lagunas de cotización. Todo esto provoca una discriminación a posteriori, haciendo que las mujeres cobren pensiones más bajas, como tercera causa para desigualdad.

    Como datos:

    ·       El 44% de las mujeres asalariadas trabajan en siete sectores con un salario medio claramente por debajo de la media nacional.

     

    ·      1 de cada 4 mujeres gana igual o menos del SMI en términos de salario anual.

     

    ·      El 75% de la población asalariada a tiempo parcial son mujeres.

     

    ·      Si la jornada laboral femenina fuese equiparable a la masculina, la brecha salarial se reduciría en un 64%.

    Para cerrar la brecha salarial en un plazo razonable se requieren políticas específicas y valientes. Hay que mejorar la inserción laboral femenina incentivando la contratación de mujeres en sectores tradicionalmente masculinos y fomentando la igualdad de oportunidades en promoción y ascensos.

    Se debe reducir la feminización de la jornada parcial asegurando el acceso equitativo a empleos a tiempo completo, regular la parcialidad y, en particular, las horas complementarias. Para ello es necesario  promover medidas de corresponsabilidad en el hogar y en el trabajo.

    Hay que ajustar la política de complementos salariales ya que estos solo valoran factores como la nocturnidad, el esfuerzo físico o la disponibilidad horaria, valorando al trabajo femenino, como la atención y la precisión. Hay que evitar los sesgos de género en el otorgamiento de los complementos salariales.

    Y sobre todo, se deben ampliar los servicios de cuidado público creando infraestructuras de cuidado infantil y de mayores accesibles para facilitar la conciliación laboral y promover permisos parentales equitativos entre hombres y mujeres y retribuidos para evitar que siempre sean acogidos por las mujeres por el hecho de tener el menor salario.

    La brecha salarial de género es el resultado de desigualdades estructurales en el acceso y la permanencia en el mercado laboral. Aunque ha habido avances gracias a la subida del salario mínimo y a las reformas laborales.

    Para lograr la igualdad salarial, es fundamental implementar políticas públicas que aborden la desigualdad desde su origen: el acceso al empleo, la distribución de las responsabilidades de cuidado y la regulación de los complementos salariales. Y hace falta un Pacto Estatal que desarrolle los cuidados desde los servicios públicos, como un nuevo pilar del Estado de Bienestar.

    Solo mediante un compromiso firme y sostenido en el tiempo, se podrá alcanzar una sociedad más justa e igualitaria en términos laborales y sociales.