Comisiones Obreras de La Rioja | 24 abril 2024.

Mnifiesto CCOO de LA rIOJA #8M2023

LA PRECARIEDAD TIENE ROSTRO DE MUJER

    Trabajando para que los planes de igualdad sigan extendiendo el feminismo sindical.

    07/03/2023.
    #8M2023

    #8M2023

    El origen de la celebración del 8 de Marzo se encuentra en todas las luchas de las mujeres que no se conformaron con su destino por el hecho de nacer mujer, sin derechos, y opusieron resistencia frente a la explotación, la precariedad y la falta de derechos políticos.

    En la I Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en Sttutgart en 1907, Clara Zetkin instó a todos los partidos socialistas a realizar una campaña a favor del voto para la mujer, y en 1910 propuso la celebración de un Día Internacional de la Mujer. Las miserables condiciones de trabajo de las obreras y el incendio intencionado de la fabrica en la que fueron asesinadas las 129 trabajadoras fueron el detonante de una lucha feminista que libramos cada día en este sistema heteropatriarcal.

    La primera conmemoración del día de las mujeres se realizó el 19 de marzo de 1911, concentrando en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza a miles de mujeres y extendiéndose después a otros muchos países. Incluso, en 1977 la Asamblea General de las Naciones Unidas invitó a los Estados a declarar un día al año como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.

    Desde entonces se fijó una fecha simbólica para mostrar: por un lado, la persistencia de las múltiples discriminaciones que las mujeres padecemos en un sistema de dominación masculina y, por otro, la capacidad de las mujeres de unirnos para transformar una histórica, universal e injusta realidad.

    Ni nos domesticaron, ni nos resignamos, ni vamos a parar hasta conseguir la igualdad de derechos para todas las mujeres en el mundo.

    Gracias a la fuerza de las mujeres, de todas las que arriesgaron su vida o murieron luchando contra la dominación masculina, de aquellas que hicieron del feminismo un movimiento político y social y que con su día a día dan ejemplo de lucha contra el patriarcado, la violencia y la desigualdad, estamos hoy aquí, de nuevo, 8 de marzo, gritando fuerte y alto que aún nos quedan mucha cosas por cambiar.

    Este 8M nos empoderamos con un feminismo sindical. 

    CCOO se ha centrado en mejorar las condiciones de vida de las mujeres luchando contra la discriminación en las condiciones de trabajo y lo ha hecho en su ámbito: los centros de trabajo, extendiendo el feminismo en cada uno de los espacios a los que accedemos e intentando que los centros de trabajo sean espacios seguros para las mujeres.

    Pero este 2023 tenemos que continuar denunciando la discriminación laboral y todas sus brechas que seguimos sufriendo las mujeres. Seguimos ocupando los empleos más precarios, peor pagados y asumiendo la carga de los cuidados que tanto pesan en nuestro desarrollo profesional. Seguimos topando con techos de cristal y suelos pegajosos que no nos permiten desarrollarnos de igual manera que nuestros compañeros, tanto, que está calculado que hasta 2086 no cerraremos la brecha salarial. Por ello desde CCOO invertimos tanta energía y recursos en la negociación de los planes de igualdad en los centros de trabajo.

    Pero no es sólo lo laboral… Los derechos de las mujeres, nuestros derechos, siguen siendo un campo de batalla.

    Las mujeres seguimos infrarrepresentadas en la ciencia, el deporte, la investigación o la historia. Invisibles, relegadas al campo de la estética y de la belleza. Mientras nos venden que este año en los Goya ha sido el año de las mujeres, la alfombra roja se llenaba de paneos en nuestros cuerpos y mensajes gordofóbicos hacia las actrices que no tienen cuerpos normativos. 

    Las mujeres mayores, doblemente invisibles por una sociedad edadista y capitalista, sufren la pobreza en un porcentaje mucho mayor que los hombres. Apartadas del sistema y relegadas a trabajar sin cotizar y hacerse cargo del trabajo doméstico y de los cuidados, quedan dependientes de pensiones no contributivas que las margina y empobrece. Frente a la violencia, nuestras mayores no pueden denunciar por ser dependientes de sus familias, parejas, o simplemente, por ser disuadidas por su entorno.

    De la misma manera, la violencia de género con discapacidad es cuatro veces mayor que para el resto. Sufren una doble discriminación, por ser mujeres y por tener una discapacidad. 

    Seguimos explotadas sexual y reproductivamente. Según datos oficiales, 4 de cada 10 hombres en España es un putero. Somos el primer país prostituyente de mujeres y el 3º a nivel mundial. El sistema Neoliberal nos convence que la hipersexualización es nuestra liberación, que nuestro cuerpo es una moneda de cambio, que podemos elegir libremente…. Pero si hay pobreza o exclusión social, compañeras, no existe la libre elección.

    Somos mujeres, no cuerpos gestantes. Somos mujeres, víctimas de explotación reproductiva en países como Tailandia, Laos, Camboya, India, Georgia, Israel o Ucrania, donde los ricos y las ricas, pueden utilizar a las mujeres pobres como incubadoras en granjas de bebés, comprando a sus criaturas, víctimas de una red legal que mueve millones de euros al año.

    Mujeres carentes de la condición de ser humano en países como Afganistán son encarceladas y asesinadas por quitarse el velo en público, o en Irán donde adolescentes han sido gaseadas en clase por querer estudiar.

    Mujeres que seguimos siendo acosadas, agredidas, víctimas de las violencias machistas, violadas y asesinadas ... .Violencias sufridas por las mujeres en todas las partes del mundo pero contra las que no todas contamos con las mismas herramientas de defensa. Por lo que las mujeres en países en desarrollo, países con dictaduras machistas, mujeres empobrecidas son las más indefensas y las que sufren estas violencias de manera más atroz.

     

    La inmoralidad como norma, como camino a satisfacer las necesidades individuales ha hecho al sistema patriarcal cómplice de los abusos, haciéndoles libres de satisfacer sus deseos, pisando, abusando y violando a su antojo. La educación y la formación en los colegios y en las familias es fundamental para crecer en una sociedad más equitativa en la que el feminismo como herramienta de igualdad, sea la base de la convivencia para la humanidad.

    “El feminismo es una forma de vivir individualmente

    y de luchar colectivamente”